Tematización y rematización

 Entendiendo el tema de una oración como lo dado, lo conocido (colocado en las oraciones enunciativas al principio de la oración), se llama tematización al fenómeno por el cual un sintagma, que puede no ser el sujeto gramatical, se desplaza en primer lugar de la secuencia oracional. Por ejemplo:

Este verano iremos a Portugal.

Las películas de terror, yo no las soporto.

A Luis le han dejado sus tíos el coche deportivo.

La tematización puede afectar, como muestran los ejemplos, a anteriores elementos oracionales (complemento circunstancial, complemento indirecto, complemento directo...) e incluso puede alcanzar a varios simultáneamente.

El verano pasado en Plentzia estuve a punto de ahogarme.

Los sintagmas tematizados tienen a veces en la oración un correlato pronominal que los duplica (a Luis, le; las películas de terror, las). La tematización puede acarrear la inversión del orden sujeto-predicado (le han dejado sus tíos).

Puede ocurrir también que sea el rema lo que aparezca en primer lugar de la oración. Será entonces el énfasis, una particular intensidad articulatoria, lo que marque ese carácter de información nueva que supone:

En julio nos vamos de vacaciones.

Rema: en julio; se trata de la información nueva como prueban su enfatización y su posible prolongación y no en agosto.

La rematización consiste en el desplazamiento del rema al primer elemento de la oración y es el énfasis que suele marcarla. No exige la presencia de pronombres que repitan el elemento rematizado y provoca necesariamente la inversión del sujeto:

Un palacio quiere Ángel.

Un cero debería ponerte tu profesor.

La rematización es frecuente en la lengua coloquial y también en la literaria.


En resumen, lo característico de un orden de palabras objetivo y normal es que el tema preceda al rema; mientras que en un orden subjetivo y emocional ocurre lo contrario.

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