Las oraciones interrogativas

 Las interrogativas son aquellas oraciones con las que se pretende obtener una información del interlocutor.

Las caracteriza una entonación interrogativa: la línea tonal empieza por debajo del tono normal, sube por encima hasta la primera sílaba tónica, desciende hasta llegar por debajo del tono normal y vuelve a subir a partir de la última sílaba acentuada, para alcanzar después el tono normal.

La función que caracteriza a las interrogativas es esencialmente la apelativa, por cuanto intentan provocar una conducta que en este caso es lingüística, es decir, una respuesta oral a la pregunta.

Son interrogativas totales las que preguntan por el contenido global de la oración (¿han venido tus hermanos?) y se responde a ellas con un sí o un no, equivalentes a las oraciones enteras. Son interrogativas parciales las que preguntan por un solo miembro de la oración que está representado por un pronombre, adjetivo o adverbio interrogativo (¿quién ha llamado? ¿dónde vas de vacaciones?)

Por otro lado, las oraciones interrogativas se dividen en directas e indirectas. Las primeras se estructuran siguiendo la curva melódica más arriba indicada, además de ser representado gráficamente por los signos de interrogación (¿?). Son indirectas las que no se basan en la entonación, que es enunciativa, sino en otros procedimientos, a los cuales el contexto o la situación les dan un carácter interrogativo: tales son las subordinadas sustantivas en función de complemento directo de verbos de entendimiento, sentido o lengua (no sé si ha acabado = ¿has acabado?, dime cuando vendrás = ¿cuándo vendrás?).

Otra clase de interrogativas son las interrogativas retóricas. En realidad, sólo aparentemente son interrogativas, pues bajo una entonación de este tipo se hace una afirmación, que es la respuesta evidente a dicha pregunta. Por ejemplo: ¿acaso no puedo hacer con mi dinero lo que quiera?