Oraciones unimembres y fragmentos
Oraciones unimembres
No todas las oraciones presentan esta estructura sujeto-predicado, al menos aparentemente. Por ejemplo, en enunciados como los siguientes:
- ¡La puerta!
- ¡Buena suerte!
- Buenos días
se dejan describir como oraciones en la medida en que poseen un sentido
completo y se encuentran perfectamente delimitados por pausas que expresan su
autonomía semántica y gramatical; pero no es posible distinguir en ellos
sujeto y predicado. Se denomina a este tipo de enunciados oraciones
unimembres.
Son también oraciones unimembres las oraciones impersonales. Por ejemplo:
- Ha nevado en Bilbao.
- Hay demasiado ruido.
- Hace calor.
Fragmentos
Las oraciones unimembres del primer tipo y otras como:
- Una cerveza, por favor.
- ¿Cuánto?
- Un momento, por favor,
se pueden tratar como enunciados de un tipo característico, semejantes a
oraciones por su sentido completo y por ser unidades de entonación, pero
diferentes de ellos por carecer de los constituyentes sujeto y predicado.
Suelen llamarse frases o fragmentos y abundan en la lengua hablada; el
contexto lingüístico o la situación extralingüística les dan un sentido
completo y preciso, y suelen ser preguntas (¿dónde?), respuestas (en mi casa), exclamaciones (¡alucinante!), muletillas, refranes y
expresiones de la lengua (al mal tiempo, buena cara), fórmulas
de cortesía (gracias), de saludo (buenas tardes), juramentos,
palabras mal sonantes, interjecciones...
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