Los campos referenciales

 La realidad objeto de la conversación se organiza en tres campos referenciales: el primero, es el del hablante; el segundo es del oyente, y el tercero es aquello que está fuera de uno y otro. La lengua establece esta organización mediante las siguientes palabras:

  • Los pronombres personales.
  • Los demostrativos, que señalan y sitúan a los objetos en el espacio o en el tiempo.
  • Los posesivos, que atribuyen posesión o pertenencia a las personas gramaticales.
  • Los adverbios aquí, ahí y allí, que delimitan y nombran los respectivos campos.

Finalmente, las desinencias verbales que refieren las acciones y procesos a los interlocutores o a la tercera persona. Los interlocutores pueden (ficticiamente) desplazarse de un campo a otro, hecho que comporta diferentes valores expresivos. Por ejemplo:

  • El hablante se desplaza a la 3ª persona: se cansa uno (valor generalizador, impersonalizador), el que suscribe, un servidor...
  • El oyente se desplaza a la 3ª persona: Usted, Su Ilustrísima... (es lo característico de las formas de tratamiento: el interlocutor queda objetivado y distanciado).
  • El hablante se desplaza a la 2ª persona: Te compras un piso y te hipotecas para toda la vida (hay un cierto desdoblamiento en el hablante, que pretende generalizar su experiencia).
  • El oyente se desplaza a una primera persona plural: (¿ya hemos cenado?), que pretende aproximarle o incluirle en el campo del hablante.

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