Subordinadas adverbiales o circunstanciales (III)
Seguimos estudiando este tipo de proposiciones.
Finales
Las proposiciones finales indican la intencionalidad con que se produce la acción del verbo principal. Los nexos que las introducen son para que, a fin de que, a que, con el objeto de que y otras locuciones:
Vengo a que me expliques tu proyecto.
Si la subordinada tiene el mismo sujeto que la principal, aquella se construye en infinitivo con las proposiciones a, para o la locución a fin de:
Piden dinero para comer.
Si los dos verbos tienen sujeto diferente, el de la proposición subordinada va necesariamente en subjuntivo, puesto que la finalidad implica siempre, en mayor o menor medida, irrealidad, deseo o fantasía:
Te lo digo para que tomes una decisión.
Causales
Las proposiciones causales expresan la causa, razón o motivo de lo que se predica en la proposición principal. Los nexos que las introducen son las conjunciones o locuciones conjuntivas que, porque, pues, como, puesto que, ya que, etcétera.
Ganaréis, porque sois los mejores de la liga.
Vámonos a casa que se hace tarde.
Las causales se construyen en modo indicativo o, precedidas de la preposición por, en infinitivo:
Le pusieron una multa por haber superado el límite de velocidad.
Ante subjuntivo, los nexos causales se aproximan a valores concesivos de finalidad:
Porque seas más guapo, no tienes más derecho que yo.
Aceptó las condiciones porque le dejaran en paz.
Una relación causal también puede expresarse:
- mediante diversas fórmulas intensivas: de grande que es, no cabe en la cama;
- mediante proposiciones adjetivas explicativas: los coches, que estaban mal aparcados, han sido retirados por la grúa.
- mediante proposiciones con el verbo en forma no personal: firmado un convenio digno, los obreros volvieron al trabajo.
Consecutivas
Las proposiciones consecutivas expresan la consecuencia que se deriva del predicado principal. Expresan de manera inversa a las causales, la misma relación lógica que aquéllas:
Está tan cansado que se queda dormido antes de cenar.
La relación se expresa en muchas ocasiones por simple yuxtaposición o mediante nexos coordinantes:
Inténtalo con paciencia: lo conseguirás.
Inténtalo y lo conseguirás.
Las conjunciones y locuciones conjuntivas que introducen a las consecutivas son pues, luego, que, conque, por consiguiente, por tanto, así que... Funcionan con mucha frecuencia como nexos interoracionales, ordenadores del discurso.
Un grupo de consecutivas, muy bien caracterizado, lo forman aquellas que tienen en la principal un término intensivo, correlativo al cual es el nexo que precede a la subordinada: tanto ... que, tal ... que:
Era tal su nerviosismo que no articulaba palabra.
Pasó tantos sufrimientos que acabó deprimida.
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