El diálogo

 El diálogo es una clase de texto bien caracterizado. En él, las intervenciones de dos o más hablantes se van sucediendo hasta agotar el tema que le da la unidad. Básicamente, posee carácter oral: la charla cotidiana, la discusión familiar, las preguntas y respuestas que transmiten las informaciones necesarias de cada día, los saludos, etc. Pero existen también diálogos escritos: un género literario llamado justamente así desarrolla un tema (filosófico, moral, político) poniéndolo en boca de personajes que mantienen puntos de vista distintos respecto a ese tema; otros textos adoptan la forma de diálogo (cuestionarios, catecismos...); en ocasiones son reproducción de la lengua oral (estilo directo), y otras más bien simulación del diálogo (texto teatral).

Existen diálogos narrativos (por ejemplo, un interrogatorio judicial), descriptivos (una descripción hecha a turnos por varios hablantes), expositivos (una clase en la que los alumnos intervienen), y lo que es más común, argumentativos (un debate).

Desde otro punto de vista, los diálogos pueden ser más bien informativos (los que comunican noticias, opiniones e ideas), expresivos y apelativos (los característicos de la lengua coloquial), poéticos (los diálogos ficticios con finalidad estética) o fáticos (las conversaciones rutinarias de cada día).

Las condiciones de coherencia de un diálogo no difieren de las que cualquier texto exige. Los interlocutores deben hablar del mismo tema y cada intervención debe estar justificada por la anterior y por la situación en que se produce.

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