Estructura del texto y progresión temática

 Definida la intención comunicativa del hablante, éste opta por una determinada estrategia lingüística que tiene en cuenta tanto el plan, la estructura, como las palabras materialmente realizadas. Observa que estos momentos se hallan descritos por la retórica clásica: el propósito comunicativo equivale a la invención (inventio: ¿qué quiere decir, qué idea se ha encontrado y pretende comunicarse?); el plan es la disposición (¿cómo ordenar lo que se desea decir?); la realización verbal es la elocución (¿qué palabras son las más adecuadas para decirlo?).

El texto avanza en el tiempo y, cuando es escrito, en el espacio, como aportación continua de información. Por lo general, de algo que se supone conocido (tema) se predica un contenido informativo nuevo (rema), convirtiéndose la oración construida en tema de la siguiente, y así sucesivamente. Hay otras posibilidades: el mismo tema en todas las oraciones del texto, cada oración desarrolla distintos temas que se encuentran en relación con uno base, etc. En todo caso, el texto supone una tensión entre lo conocido y lo nuevo, entre continuidad y novedad; esta tensión suele denominarse progresión temática.

El texto consta de oraciones que se agrupan en párrafos: unidades de contenido dentro de unidad general del texto, marcadas gráficamente por el punto y aparte. En niveles superiores al párrafo, el texto se organiza de una manera peculiar (capítulos, por ejemplo).

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