Exposición y argumentación (II)
Esta entrada es continuación de la anterior.
Clases de argumentación
La argumentación científica propone hipótesis que la experimentación o comprobación posterior permitirá validar como leyes, las cuales formarán una teoría; en el límite, en las ciencias formales (matemáticas, lógica) no se trata de argumentación, sino de demostración.
Muy distinta resulta la argumentación en política, en la publicidad o en la vida cotidiana: aquí se argumenta sobre temas de controversia y conflicto, y acerca de ellos no se aspira a formular leyes, a hallar teorías explicativas universalmente valiosas, sino, básicamente, a convencer a otro. Esta clase de argumentación se apoya, desde luego, en un instrumental lógico (deducción, inducción, analogía, etc.), aunque los argumentos emocionales y aun lo que los lógicos denominarían falacias son ella tanto o más operantes. Cuando constituyen el centro de la argumentación, suele hablarse de persuasión.
Estructura de los textos expositivos y argumentativos
La intención del hablante determina el tema central (cuando se trata de una idea que debe ser probada se denomina tesis), el cual progresa mediante el análisis o síntesis, mediante inducción o deducción. Los distintos aspectos del tema central se desarrollan aportando argumentos que lo confirman o contraargumentos que lo refutan, los cuales se ordenan de manera variada.
Algunos textos tienen una estructura fija. Los discursos clásicos responden a la fórmula tesis-confirmación; los textos científicos, a la de problema-solución. Otros permiten mayor libertad. El tema o tesis puede ser introducido al principio, bien directamente, bien mediante ejemplificación o como interrogante, y suele aparecer, al final, enriquecido, confirmado del todo o corregido, como conclusión. Ésta puede ser, según la índole del texto, una rectificación, un resumen o una recapitulación. Así pues, la llamada estructura circular no es rara en esta clase de textos.
Recursos lingüísticos
Los recursos lingüísticos típicos de la exposición y argumentación son: un léxico por lo general más abstracto que el de la narración y la descripción; la abundancia de complementación y subordinación, que pretenden dar cuenta de la complejidad de las ideas expuestas; un gran número de nexos interoracionales (de coordinación, causa, condición, consecuencia). En lo textos persuasivos no faltan, sin embargo, ni el léxico concreto, ni los usos más expresivos y apelativos de la lengua, ni el recurso al estereotipo.
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