El ensayo
El ensayo es un texto escrito que puede referirse a cualquier tema (científico, artístico, literario, sociológico, etc.) desde una actitud personal y sin pretensión de agotarlo. No aspira a ninguna objetividad absoluta ni a la exhaustividad, sino más bien a sugerir, interpretar, puntualizar, comentar...
El ensayo presenta una extensión relativamente breve, de modo que en general puede leerse sin interrupciones. Sus estructura es libre y permite las digresiones. Su tono puede ser muy variado (polémico o conciliador, serio o irónico, crítico o entusiasta, etc.). Sus canales de difusión más frecuentes son los periódicos y las revistas (muchos artículos de opinión son ensayos) y libros que reúnen un conjunto de ellos. Su destinatario es un público culto no necesariamente especializado en el tema tratado.
El lenguaje de ensayo posee características especiales. Siendo expositivo, lo expresivo y lo apelativo no están vedados en él, como lo están en la exposición científica. Tampoco excluye lo retorizado, lo literario: es la expresión feliz la que consigue con frecuencia una idea feliz, el hallazgo conceptual que los buenos ensayos alcanzan sin demostraciones ni definiciones. Esa atención al lenguaje justifica que el ensayo esté entre los géneros literarios (si bien, no todo ensayo es literatura).
En realidad lo que el ensayo hace es negar la cada vez más acusada contraposición entre lo científico (universal, racional y objetivo) y lo literario (particular, irracional, subjetivo), pretendiendo situarse entre esos dos mundos o, quizás, simultáneamente en ambos.
Una figura importante fue Michel de Montaigne (1533-1592).
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