Oraciones exclamativas

 Desde el punto de vista de lo que comunican , no están tan definidas como las enunciativas (que declaran), las interrogativas (que preguntan) o las imperativas (que ordenan). Lo peculiar de ellas es la entonación exclamativa: la línea tonal sube por encima del tono normal y desciende bruscamente a partir de la última sílaba tónica. Esta entonación, a la que se añade un aumento de la intensidad y cantidad de las sílabas y palabras acentuadas, subraya la emocionalidad del hablante: gracias a ella se convierten en exclamativas oraciones que eran originalmente enunciativas: (¡me ha tocado la lotería!) o reciben un particular refuerzo interrogativas e imperativas (¡cómo has tardado tanto!). La función del lenguaje que realizan es la expresiva, y a veces, la apelativa.

Además de su línea de entonación, suelen llevar marcas específicas, como pronombres o adverbios exclamativos (¡qué susto me has dado!). Son con frecuencia fragmentos (¡qué pena!, ¡adiós!). Las interjecciones equivalen también a oraciones exclamativas.

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