Formas del modo indicativo (II)
Esta entrada es continuación de la anterior. Ahora vamos a tratar el tiempo pretérito.
Pretérito imperfecto
El pretérito imperfecto señala una acción pasada de aspecto imperfectivo; según el tipo de verbos de que se trate, o según el contexto, puede ser durativa (vivía en Galdakao) o habitual (todas las tardes estudiaba una hora).
Ello explica su uso en evocaciones y descripciones del pasado. En ocasiones, alterna con el condicional: si fueras licenciada, te darían/te daban el trabajo, expresando entonces que la hipótesis resulta más probable. Otro valor del pretérito imperfecto es el de indicar cortesía, al alejar y atenuar la acción: buenas tardes, quería un sombrero.
Pretérito perfecto
El pretérito perfecto simple se opone al imperfecto en el aspecto: canté es perfectivo porque la acción que expresa el verbo está acabada, en su término puntual. Ello explica que sea el tiempo por excelencia de la narración de acontecimientos cumplidos en el pasado.
Como el pretérito perfecto simple, el compuesto (he cantado) señala una acción pasada y acabada; pero mientras aquel se sitúa en una unidad temporal ajena al momento del habla, ésta menciona un hecho enmarcándolo en una unidad temporal que comprende también el presente: el verano pasado no tuve vacaciones, frente a este verano no he tenido vacaciones. Ello hace que el pasado que expresa esta forma se encuentra subjetivamente más cerca del presente.
El pretérito pluscuamperfecto
El pretérito pluscuamperfecto marca una acción pasada anterior a otra también pasada; es pues, un tiempo relativo dotado de aspecto perfectivo (cuando llegaste, ya habíamos comido).
Pretérito anterior
Valor muy próximo a este último tiene el pretérito anterior: cuando hubo acabado el examen, salió del aula. Lo que le caracteriza es que la anterioridad a la otra forma verbal es inmediata. Hoy se utiliza escasamente, y en su lugar suelen emplearse el pluscuamperfecto o el pretérito perfecto simple.
Comentarios
Publicar un comentario