Entradas

Mostrando entradas de enero, 2021

Oraciones desiderativas, oraciones dubitativas y oraciones de posibilidad

 Oraciones desiderativas Las oraciones desiderativas, también llamadas optativas, indican deseo. La función del lenguaje que en ellas se manifiesta es la expresiva, y el modo verbal, el subjuntivo; frecuentemente llevan marcas como que anunciativo, así, ojalá , etc: Dios lo tenga en su gloria, que lo pases bien... Suelen clasificarse las desiderativas en potenciales cuando el deseo de realización es posible ( ojalá apruebes todo en junio ), e irreales cuando se ve como algo irrealizable (ojalá hubieras aprobado todo en junio ). Oraciones dubitativas Como las desiderativas, realizan la función expresiva del lenguaje al comunicar una actitud de duda ante la realidad de la que se está hablando. Se construyen con adverbios como acaso, quizás, tal vez y frecuentemente en subjuntivo ( quizás vengan tus hermanos en Navidad ); pero puede usarse también el indicativo, atenuándose en este caso la duda para acercarse a la enunciativa ( quizás vendrán tus her

Oraciones exclamativas

 Desde el punto de vista de lo que comunican , no están tan definidas como las enunciativas (que declaran), las interrogativas (que preguntan) o las imperativas (que ordenan). Lo peculiar de ellas es la entonación exclamativa: la línea tonal sube por encima del tono normal y desciende bruscamente a partir de la última sílaba tónica. Esta entonación, a la que se añade un aumento de la intensidad y cantidad de las sílabas y palabras acentuadas, subraya la emocionalidad del hablante: gracias a ella se convierten en exclamativas oraciones que eran originalmente enunciativas: ( ¡me ha tocado la lotería! ) o reciben un particular refuerzo interrogativas e imperativas ( ¡cómo has tardado tanto! ). La función del lenguaje que realizan es la expresiva, y a veces, la apelativa. Además de su línea de entonación, suelen llevar marcas específicas, como pronombres o adverbios exclamativos ( ¡qué susto me has dado! ). Son con frecuencia fragmentos ( ¡qué pena!, ¡adiós! ). Las interjecciones equivalen

Las oraciones imperativas

 Pretenden provocar una respuesta en el interlocutor, que ya no es lingüística (como en la oración interrogativa) sino práctica: que haga lo que se le pide u ordena. La función del lenguaje que realizan es la apelativa . El modo verbal característico es el imperativo . No obstante, hay otras  formas gramaticales de mandato o exhortación, como a + infinitivo ( a callar ), futuro de indicativo ( no matarás ), gerundio ( andando ), etcétera. La entonación de la imperativa puede ser exclamativa ( ¡lárgate de aquí! ), pero no tiene porque serlo ( deme una entrada, por favor, ¿me da una barra de pan? ). La entonación, por un lado, diversas marcas léxicas y sintácticas y la entonación extralingüística por otro (relaciones entre hablante y oyente, posibilidad de que aquél tenga que pedir, suplicar...), permiten distinguir variadas clases de imperativas: las órdenes, exigencias, prohibiciones, ruegos, recomendaciones...

Las oraciones interrogativas

 Las interrogativas son aquellas oraciones con las que se pretende obtener una información del interlocutor. Las caracteriza una entonación interrogativa: la línea tonal empieza por debajo del tono normal, sube por encima hasta la primera sílaba tónica, desciende hasta llegar por debajo del tono normal y vuelve a subir a partir de la última sílaba acentuada, para alcanzar después el tono normal. La función que caracteriza a las interrogativas es esencialmente la apelativa, por cuanto intentan provocar una conducta que en este caso es lingüística, es decir, una respuesta oral a la pregunta. Son interrogativas totales las que preguntan por el contenido global de la oración ( ¿han venido tus hermanos? ) y se responde a ellas con un sí o un no, equivalentes a las oraciones enteras. Son interrogativas parciales las que preguntan por un solo miembro de la oración que está representado por un pronombre, adjetivo o adverbio interrogativo ( ¿quién ha llamado? ¿dónde vas de vacaciones? ) Por ot

Las oraciones enunciativas

 Llamadas también aseverativas o declarativas, informan de algo sin participación subjetiva del hablante: los estudiantes se perdieron. No obstante, los deseos, las preguntas, las dudas o las órdenes se pueden transmitir de un modo más o menos objetivo, y construirse así oraciones enunciativas que poseerán eventualmente un matiz desiderativo, interrogativo, dubitativo o imperativo: Quiero que venga pronto , próxima a ¡qué venga pronto! No sé tu nombre , equivalente a ¿cómo te llamas? No sé si invitarlos , cercana a quizás los invite. La entonación enunciativa caracteriza a estas oraciones: la línea tonal empieza por debajo del tono normal, lo alcanza a la altura de la primera sílaba acentuada y desciende después de la última acentuada. El modo verbal que les es propio es el indicativo . La función del lenguaje que típicamente realizan es la representativa. Pueden distinguirse dos tipos de enunciativas: las afirmativas , que no tienen marca especial ( vive en Bilbao ), y las negativas

Introducción a las modalidades oracionales

 La oración comunica un sentido que es, a la vez, un contenido lógico, una idea y un contenido psicológico, una actitud del hablante. Atendiendo a dicha actitud se habla de modalidades oracionales: enunciativa, interrogativa, imperativa, etcétera. Las marcas lingüísticas de estas modalidades no son enteramente sistemáticas: la entonación permite distinguir enunciativas, interrogativas y exclamativas, pero no, por ejemplo, las enunciativas de las dubitativas; el modo opone básicamente las enunciativas (indicativo) o las imperativas (imperativo), y unas y otras a las desiderativas y dubitativas (subjuntivo), pero cabe construir en modo indicativo una oración imperativa ( te callas ahora mismo ) o una dubitativa ( quizás han llegado tarde). En realidad, en el habla se produce un solapamiento de modalidades que se puede reducir a: oraciones enunciativas, oraciones interrogativas, oraciones imperativas, oraciones exclamativas, oraciones desiderativas, oraciones dubitativas y oraciones de po

Discordancias entre el sujeto y el verbo

 En determinadas ocasiones no se produce concordancia entre el sujeto y el verbo, núcleo del predicado. La razón suele ser que el significado impone variaciones formales en el número o persona del verbo. Los casos más habituales son: Un sujeto formado por un nombre colectivo, esto es, que en número singular se refiere a un conjunto de seres o de cosas. Puede llevar el verbo en plural, cuando el colectivo indica especie determinada (multitud, número, infinidad...), el verbo se encuentra en la oración lejano al sujeto, o el colectivo lleva un adyacente que especifica las personas o cosas que nombra el colectivo. Por ejemplo: La gente llegó a la Plaza Grande ya excitada, y allí cortaron el tráfico; un grupo de personas interceptaron el coche en que viajaba el delincuente. En oraciones copulativas con el verbo ser, el número de éste puede variar por influjo del atributo. Por ejemplo: Eso son habladurías; esa gentuza son tus amigos. Cuando el verbo se refiere a un sujeto complejo (varios su

Otro concepto de interés: la elipsis

 Se entiende por elipsis (según la definición clásica) a la omisión de palabras en un enunciado que no impiden que este sea inteligible. Según esta definición aparecen elipsis en oraciones como las siguientes: Año de nieves, año de bienes (es). Javier bebe vino y Luis fanta (bebe). ¿Ya de vacaiones? (estás) Un concepto tan amplio permite explicar los fragmentos , según hacia la gramática tradicional, como una especie de oraciones implícitas a las cuales subyacería una estructura lógica sujeto-predicado.

Las oraciones impersonales

 Las otras oraciones unimembres son las impersonales, es decir, aquellas que carecen de sujeto. Suelen distinguirse los siguientes tipos de impersonales: Las construidas con verbos unipersonales, esto es, los que no tienen forma de primera y segundas personas salvo en un uso metafórico: llover, nevar, amanecer y demás verbos llamados meteorológicos. Las construidas con los verbos haber o hacer en tercera persona del singular, del tipo de: hay mucha gente, hace frío . Los sintagmas nominales que aparecen en estas oraciones no son sujetos, como prueba la falta de concordancia: deben considerarse complementos directos. Las construidas con verbos de en tercera persona del plural, cuyo referente no se expresa bien por desconocerse, bien por omitirse intencionadamente, o bien por carecer de interés. Suelen llamarse impersonales eventuales u ocasionales: te han llamado por teléfono, me han ofrecido un trabajo . Las impersonales reflejas, construidas con se, que es en ellas marcas de impers

Oraciones unimembres y fragmentos

Oraciones unimembres  No todas las oraciones presentan esta estructura sujeto-predicado , al menos aparentemente. Por ejemplo, en enunciados como los siguientes: ¡La puerta! ¡Buena suerte! Buenos días se dejan describir como oraciones en la medida en que poseen un sentido completo y se encuentran perfectamente delimitados por pausas que expresan su autonomía semántica y gramatical; pero no es posible distinguir en ellos sujeto y predicado. Se denomina a este tipo de enunciados oraciones unimembres. Son también oraciones unimembres las oraciones impersonales. Por ejemplo: Ha nevado en Bilbao. Hay demasiado ruido. Hace calor. Fragmentos Las oraciones unimembres del primer tipo y otras como: Una cerveza, por favor. ¿Cuánto? Un momento, por favor, se pueden tratar como enunciados de un tipo característico, semejantes a oraciones por su sentido completo y por ser unidades de entonación, pero

La relación sujeto-predicado

 Sujeto y predicado son los constituyentes inmediatos de la oración. El sujeto es el sintagma nominal cuyo núcleo puede ser un sustantivo. Por ejemplo: Las llaves están sobre la mesa O un pronombre. Por ejemplo: o una palabra u oración sustantivada: Los noes superaron a los síes. Que vuelvas tarde me sorprende y recibir o no diversos tipos de adyacentes. El núcleo nominal o pronominal concuerda en número y persona con el verbo. Puede estar expreso (cualquiera de los ejemplos anteriores) o aparecer marcado en la desinencia del verbo: Llegaremos tarde Cuando el sujeto no está expreso, pero la desinencia verbal remite a un sintagma nominal explícito en el contexto, se habla de sujeto elíptico: Luis se levantó y abrió la puerta (sujeto elíptico de abrió : Luis ) Finalmente, cabe distinguir sujeto unitario (un solo sintagma) y sujeto complejo (dos o más sintagmas). Un ejemplo de este último caso: Pedro y María fueron de vacaciones a Brasil Si se da por supuesto que la oración es una predica

Más cosas sobre la oración

 El concepto de oración permite describir la estructura de infinitos enunciados de una lengua, determinando cuáles son aceptables, y cuáles, por el contrario, son agramaticales (reduciéndose así la diversidad de aquellos a una serie de modelos o pautas que hacen posible, al tiempo, explicarlos y dar cuenta del funcionamiento de la lengua). Tres criterios se han utilizado para formular el concepto de oración: el semántico, el fonológico y el propiamente gramatical. La oración, siendo expresión verbal, tiene como fundamento la predicación; es decir, la afirmación o negación a propósito de algo, la atribución a un objeto de una propiedad, o la relación entre diferentes elementos. Así, desde un punto de vista semántico , la oración es una unidad de comunicación. Si las palabras aisladas tienen un significado ( casa, noche ), sólo en una oración comunican sentido ( la casa se quemó durante la noche ), que es, en si mismo, un sentido completo al margen de que se relacione con otras oraciones

La interjección

 La gramática tradicional situaba a la interjección entre las partes de la oración. Hoy se considera que no cumple ninguna de las funciones oracionales, sino que equivale a toda una oración (de tipo exclamativo, la interjección tiene siempre entonación exclamativa). Característica de las funciones expresiva y apelativa del lenguaje, la interjección ( ¡oh!, ¡ay!, ¡bah! ...) expresa sintéticamente el mundo afectivo del hablante, el cual responde de manera espontánea a una situación inmediata. Pese a su carácter espontánea y elemental, y en algún caso, la extraña agrupación de fonemas para el castellano (¡ chisf !, por ejemplo) las interjecciones son signos lingüísticos propiamente dichos, y no, desde luego, gritos: como cualquier palabra, significan por acuerdo y convención, es decir, son arbitrarias, y cada lengua tiene las suyas propias. Suelen distinguirse dos clases de interjecciones: las propias (¡ bah!, ¡ea!, ¡huy! ...) y las impropias (¡ alto!, ¡hombre!, ¡toma! ...), esto es, pala

Ejemplo de estructura gramatical

 Un ejemplo de estructura gramatical, para comprender mejor lo explicada en el tema de Gramática. Los turistas visitaron la ciudad. Sujeto de la oración: Los turistas Predicado de la oración: visitaron la ciudad. Del sujeto podemos decir: Los turistas : se trata de un sintagma nominal turistas : nombre Los : determinante, artículo. Del predicado podemos decir: visitaron la ciudad : se trata de un sintagma verbal la ciudad : sintagma nominal, que realiza la función de complemento directo visitaron: verbo ciudad : nombre la : determinante, artículo. Es un sencillo ejemplo, pero espero que os sirva para vuestro estudio.

Palabras gramaticales

 De la anterior clasificación han quedado fuera las llamadas palabras gramaticales, es decir, no autosemánticas: las que funcionan como nexos o enlaces (preposición y conjunción), y el artículo. Los nexos son palabras especializadas en marcar la relación entre otras: las preposiciones (a, ante, bajo, con...) unen dos elementos y subordinan el segundo al primero; las conjunciones (y, o, como, aunque,...) relacionan, o bien palabras de similar jerarquía sintáctica, o bien oraciones, sean estas de la misma jerarquía, sea una de ellas subordinada a la otra. Respecto al artículo (el/la) es en realidad un morfema del nombre, al cual presenta en el habla y con el que concuerda en género y número; también puede sustantivar. Los determinantes (demostrativos, posesivos, etc.) se definen por su función (dentro del sintagma nominal actualizan o presentan al nombre) y no por su forma. El pronombre Constituye una categoría problemática para su definición. ¿Se trata de palabras autosemánticas o gram

La teoría de los rangos

 ¿En qué se diferencian el nombre, el adjetivo, el verbo y el adverbio del resto de las partes de la oración? Todas tienen un lexema, es decir, son por sí mismas significativas o autosemánticas. El lingüista danés Otto Jespersen  formuló la teoría de los rangos , que es a la que suele recurrirse para explicar la peculiar naturaleza de estas clases de palabras. Sea un enunciado como: Los niños perdidos reían felizmente ; en él, una palabra es central en cuanto que las demás son dichas de ella: niños ; esta palabra impone la concordancia (masculino plural) a perdidos y reían  ; se dice por lo tanto que posee rasgo primario. Perdidos y reían  serán precisamente palabras de rasgo secundario. Felizmente modifica a reían; es una palabra de rango terciario. Naturalmente, niños podría tener otro rango en otro enunciado: en Los padres viajaban con los niños , terciario, como modificador de viajaban , que lo tiene secundario. Al decir que tiene rango primario quiere señalarse que es éste el máxi

Introducción a la oración

 El análisis tradicional de la gramática se ha basado en el concepto de partes de la oración entendiendo por tales a los grupos de palabras que tienen forma y comportamientos semejantes: el nombre o sustantivo, el adjetivo, el verbo, el adverbio... Sobre la existencia y características de estas cuatro clases ha habido, entre los estudiosos, unanimidad, que por el contrario ha faltado en lo que se refiere al artículo, a los determinantes, al pronombre, a la preposición, a la conjunción y a la interjección. Los criterios para distinguir las partes de la oración han sido históricamente de tres tipos: semántico , según el cual cada clase de palabras se referiría a la realidad, significaría de manera específica (así, por ejemplo, los nombres indicarían sustancias, los adjetivos cualidades y los verbos procesos); funcional , según la relación que unas palabras mantienen con otras (por ejemplo, el nombre funciona como sujeto, el verbo como predicado); o formal , según que sean variables o inv

Conceptos fundamentales de la Gramática (II)

 Seguimos con los conceptos de la Gramática, divididos en dos entradas para no hacerlas muy largas. Esta entrada es continuación de la anterior. El sintagma El sintagma, también llamado grupo, es una unidad de función , es decir, un conjunto de monemas y palabras que actúa unitariamente en la oración. El elemento del sintagma, en torno al cual se ordenan los otros es su núcleo; según que clase de palabra desempeñe este papel se habla de sintagma nominal, adjetivo, verbal o adverbial. Los demás elementos del sintagma o bien determinan el núcleo (los determinantes o el núcleo) o bien lo complementan. De modo menos apropiado se habla también del sintagma preposicional, entendiendo por tal un sintagma nominal precedido de una preposición. Los sintagmas pueden ser más o menos complejos. La oración Tradicionalmente se considera la oración unidad máxima del análisis gramatical. Se la define como unidad de comunicación , esto es, transmite sentido completo; como una unidad de entonación, o sea

Conceptos fundamentales de la Gramática (I)

 En anteriores entradas se mencionaron cuáles son las unidades de análisis que en el subsistema gramatical se encuentran, o lo que es lo mismo, con qué conceptos fundamentales opera la gramática. Pueden sistematizarse de la siguiente manera, como veremos en esta entrada y la siguiente. Morfemas Los morfemas son monemas de significado gramatical que forman inventarios cerrados. Cuando los morfemas constituyen por si mismos palabras se llaman independientes . Son de esta clase el artículo, los determinantes (posesivos, demostrativos, etc.) y los nexos (preposiciones y conjunciones). Los morfemas que no forman por sí solos palabras, sino que deben unirse a un lexema se denominan dependientes, son los de dos clases: flexivo y derivativo . Los flexivos son el número y el género en nombres y adjetivos, y el tiempo, modo, aspecto, número y persona en el verbo. Los derivativos forman palabras derivadas, pueden ser prefijos o sufijos , según se incorporen por delante ( re - organizar ) o por de

La lexicología y la gramática

 Lexicología es el estudio del léxico , es decir, del conjunto de palabras de una lengua . Este estudio es a la vez objeto de la semántica (significado) y de la gramática. Los aspectos de la lexicología que pertenecen a la gramática son los que se refieren a los procedimientos de formación de palabras, particularmente la derivación. Si se analizan, por ejemplo, palabras como hermosura, dulzura, espesura se observa que todas ellas están constituidas por un lexema (el que respectivamente se encuentra en hermoso, dulce y espeso ), y un sufijo - ura que permite construir nombres abstractos derivados de aquellos adjetivos; una clase, pues, especial de nombres, cada uno de los cuales es una palabra independiente. En efecto, si miras en el diccionario hermoso y hermosura tienen entradas diferentes; no aparecen hermosa ni hermosos pues se trata en este caso, de una sola palabra, con sus formas, conocidas por el hablante, de femenino y plural. Los morfemas flexivos forman inventarios cerrados

Partes de la gramática: Morfología y sintaxis

 Si excluimos de la gramática tanto la fonética y la fonología como la semántica , en ella queda todo lo que se refiere a la forma y función de las palabras o, más rigurosamente, de los monemas. Por lo tanto, suelen distinguirse dos partes en la gramática: la morfología (del griego morfé , forma) y la sintaxis (del griego tasso , ordenar, construir). Morfología y sintaxis Unos lingüistas mantienen que la morfología debe estudiar las palabras atendiendo a sus variaciones (por ejemplo, que morfemas aparecen en el nombre o en el adjetivo) y la sintaxis debe centrarse en el estudio de la oración; otros que la unión de palabras, aun sin formar oración, como ocurre en el sintagma o grupo, debe incluirse en la sintaxis; otros que la morfología debe limitarse a lo que llaman forma externa (por ejemplo, una palabra como casa presenta dos formas casa y casas ), mientras que su valor significativo (- s es la marca de plural) es objeto de sintaxis... Una definición llena de problemas que tiene co

Introducción a la gramática

 Los estudios gramaticales, en su origen, se mueven en un terreno filosófico-lógico: la reflexión sobre el lenguaje es, sobre todo, un medio para estudiar en que consiste el pensamiento y el conocimiento, cuales son sus posibilidades y mecanismos, de qué manera el pensamiento se adueña de la realidad. Esto explica que cuando se establecen categorías gramaticales se haga en relación con categorías de pensamiento: por ejemplo, los nombres expresan sustancias , los verbos acciones , las conjunciones relaciones . El estudio gramatical, es además, el estudio del lenguaje en todas sus dimensiones: los sonidos y también las letras ( grama quiere decir en griego escrito, letra ), y también los significados. Es decir, gramática es sinónimo de lingüística. Por otra parte, la gramática se estudia en los comienzos desde dos puntos de vista centrales: uno, fijar, analizar e interpretar adecuadamente determinados textos previos (escritos) que las diferentes comunidades consideran fundamentales en su

Abreviaturas más comunes

 La frecuencia con que ciertas palabras se usan en la escritura hace que se abrevien, reduciéndose a unas pocas letras. Ello ocurre, sobre todo, en documentos oficiales, emails comerciales, inscripciones, textos científicos y técnicos, etc. Se pretende con la abreviatura evitar una repetición que sería prolija y hacer más rápida y cómodo la lectura y escritura de esas palabras. Algunas de las más comunes en castellano: A autor, alteza a.C. antes de Cristo a/c a cuenta admón administración a.m. ante meridiem (antes del mediodía) art, artº artículo c/ cargo, calle cía compañía col. columna, colección cta. cuenta cte. corriente D., D.ª don, doña dcha. derecha D.m. Dios mediante doc. documento, docena Dr., Dra. doctor, doctora dto. descuento dupdo. duplicado d/v días vista ed. edición Emmo., Emª. Eminentísimo, Eminenci

Algunas reglas ortográficas

 Más allá de ciertos principios generales, que ya han sido indicados, es imposible reducir a reglas la ortografía de los fonemas, la cual, debido a razones etimológicas raramente conocidas por los hablantes de la lengua, y a veces, al azar o al capricho que acaban convirtiéndose en norma, resulta difícil aprender de otra manera que con el efectivo conocimiento de la lengua escrita por medio de la lectura. Las reglas ortográficas que los medios de aprendizaje dan son, por tanto, pautas construidas a partir de las analogías o proximidades entre palabras, que no pueden ser absolutamente rigurosas. Veamos algunas reglas: Se escriben con h Todas las formas de haber y hacer . Todas las palabras que empiezan por /ia/, /ie/, /ue/, /ui/: hiato, hiel, huerto, huida . Las palabras con los prefijos hidro, hipo, hiper, hexa, hepto, hepta, hemi, hetero, homo, holo, helio ; como hidrógeno, hipérbole ... Los compuestos y derivados de palabras que tienen h : desheredar, rehacer. Son excepciones oqueda

Las mayúsculas

 No es frecuente escribir con mayúsculas palabras o frases enteras, salvo en rótulos, inscripciones, títulos de libros o capítulos, y a veces, epígrafes de muy diversos escritos. Por el contrario, se escriben siempre con mayúsculas los acrónimos (PIB, FMI, OCDE) Llevan mayúscula inicial: La primera palabra de cualquier texto y la que va después de un punto. Los nombres propios: Pedro, Juan, Jorge, Gorka. Los títulos, nombres y apodos con que se designa a determinadas personas: Dama de Hierro, Santo Padre. Los tratamientos, especialmente si están en miniatura: Su Santidad, Sr. D. Las palabras que forman el nombre de una institución o establecimiento: Tribunal Constitucional, Universidad Autónoma, Modas Pepito. En documentos oficiales, los nombres que designan un poder público: Rey, Presidente, Subsecretario. Suelen escribirse también con mayúscula inicial: Las palabras que forman parte del título de una obra. En poesía, el comienzo de cada verso (aunque sin embargo su uso es cada vez m

Ortografía de los fonemas (III)

 Seguimos con los desajustes entre los fonemas y las letras. Puedes repasar en esta entrada. Fonemas y letras: desajustes El fonema /k/ Se representa con la letra c , el grupo qu , y más raramente, la grafía k . Se emplea c ante vocales /a/, /u/, /o/ ( casa, corona, cubierto ), cuando se encuentra al final de la sílaba ( octubre, tic tac ), y cuando va seguido de /l/ o /r/ más vocal, formando ellos parte de la misma sílaba ( creer, cliente ). Delante de /e/ e /i/ se emplea qu ( querer, quimera ). La letra k sólo aparece en unas pocas palabras de diverso origen: kantiano, kilo. El fonema /g/ Se transcribe mediante el grupo gu ante /e/, /i/. En los demás casos (ante /a/, /o/, /u/, ante /l/ o /r/ seguida de vocal y al final de la sílaba se usa g: gato, goma, agnóstico, grande. La letra h Es una letra sin correspondencia con fonema alguno. Se mantiene por razones etimológicas: procedente de la h latina ( haber, hombre ) o resto de una aspiración que existió en el castellano medieval, cuyo

Ortografía de los fonemas (II)

 Seguimos explicando lo presentado en la entrada anterior . Fonemas y letras: los principales desajustes La letra u Transcribe el fonema /u/. Cuando se encuentra entre las letras  g y e o j se escribe con diéresis ( agüero, pingüino ), con el objetivo de distinguir esta grafía de la que aparece en guerra o guinda , donde gu representa el fonema /g/. El fonema /i/ Se representa en la escritura por las letras i , e y . La primera es la más frecuente, mientras que la segunda aparece en la conjunción copulativa y , y al final de palabras agudas acabadas en diptongo ( hay, rey, estoy, muy ), salvo excepciones ( fui ). Las letras b y v Representan indistintamente al fonema /b/. La diferencia de grafía respondía en castellano medieval a una oposición fonológica (un fonema oclusivo y otro fricativo, puedes recordar aquí ); cuándo esta desapareció, persistió la diferencia gráfica. Por lo general, las palabras castellanas procedentes de otras latinas que tenían b o v consonántica en esta lengua

Ortografía de los fonemas (I)

 Los fonemas, que se realizan en el habla como sonidos, se representan en la escritura mediante grafemas : unidades abstractas que reúnen determinados rasgos gráficos distintivos y que se realizan materialmente en las letras. Los sonidos son, entonces, a los fonemas lo que las letras a los grafemas. No obstante, suele usarse el término letra con el significado de grafema. El conjunto de letras que se utilizan en una lengua se denomina alfabeto o abecedario. El castellano, que consta de veintisiete letras, se basa en el latino con ciertas modificaciones del mismo (signos diacríticos, como la ñ o agrupaciones de letras, ch, ll ). No existe una absoluta correspondencia entre fonema y letra; el castellano tiene veinticuatro fonemas, número inferior al de letras. Existen fonemas que pueden ser transcritos por más de una letra, letras que representan a más de un fonema, e incluso una letra que nada tiene que ver con fonema alguno (la hache). Por ello, se dice que el castellano no tiene una e

Ortografía de la palabra (II)

 Continuamos con la ortografía de la palabra. Hiatos y diptongos Las palabras en las que existen hiatos o diptongos siguen las normas de acentuación generales: héroe, canoa, huésped, cantáis . Observa que en los diptongos, al igual que en los triptongos, la tilde se coloca sobre la vocal más abierta. Si las dos vocales del diptongo son cerradas y a la sílaba le corresponde llevar tilde, ésta va sobre la última: cuídate . En palabras con /i/ o /u/ prosódicamente acentuadas, es decir, palabras con hiato, dichas vocales llevan siempre tilde, corresponda o no su empleo a las reglas generales de acentuación gráfica de agudas, llanas y esdrújulas : ahí, raíl, grúa, huíamos. Cuando la /i/ y la /u/ van juntas la tilde se pone siguiendo las normas generales: huí (tilde en i porque es una palabra bisílaba aguda), huid (sin tilde, porque es aguda acabada en d), jesuita (sin tilde, porque es llana acabada en vocal). Palabras compuestas Llevan tilde o no siguiendo las normas generales, ya que la pa

La ortografía de la palabra (I)

 La pronunciación predominante del castellano es llana. La mayoría de las palabras llanas del castellano acaban en vocal ( cada, niño ), en /n/ ( hablan ) o en /s/ ( cosas ); lo que quiere decir que de acuerdo con la norma no llevan tilde las palabras llanas que acaban en vocal, /n/ o /s/, la mayoría de las palabras castellanas no llevan acento gráfico. Las palabras esdrújulas y agudas son mucho menos abundantes en la lengua, a pesar de lo cual acaparan el mayor número de tildes: las llevan todas las esdrújulas y las agudas que acaban en vocal, /n/ o /s/. El empleo sistemático de la tilde ayuda a la correcta pronunciación de las palabras, sobre todo cuando son desconocidas para quién las lee. Esto ocurre con muchos nombres propios: no hay posible error al pronunciar Frómista o Elósegui , como no hay al decir Camus o Ausejo , si la tilde se usa correctamente. El empleo de la tilde debe extenderse a las palabras escritas en mayúsculas y a las palabras extranjeras. Respecto a estas última

La ortografía de la frase (III)

 Seguimos con los signos de puntuación, algunos ya explicados en esta entrada y ésta otra . El paréntesis El paréntesis sirve para incluir dentro de la oración una aclaración más o menos extensa, que interrumpe momentáneamente el sentido, aclarando o matizando algún aspecto: Los derechos de los animales no dependen de las leyes de la naturaleza (o de un mítico estado natural), sino de las leyes del Estado. Dentro del paréntesis han de usarse los signos de puntuación que la oración incluida en el paréntesis precise. Cuando el paréntesis se halla al final de la oración, el punto final va fuera del paréntesis. Las comillas Las comillas sirven para citar al pie de la letra una palabra o frase tomada de otro lugar que se incluye en el texto. Si se cita literalmente otra palabra dentro de un texto entrecomillado, suelen usarse las comillas simples (''). Habitualmente, se entrecomillan los títulos de libros, cuadros, películas, etc., si bien en textos impresos basta con componerlos e

La ortografía de la frase (II)

 Seguimos viendo los signos de puntuación, que ya empezamos a ver en la anterior entrada. Los dos puntos Este signo se emplea en las siguientes ocasiones: Entre dos proposiciones, la segunda de las cuales explica o resume el sentido de la primera, o es una consecuencia de ella. De esta forma, las relaciones explicativas, causales o consecutivas quedan implícitas: Prometes demasiadas cosas: no podrás cumplirlas. Cuando se citan palabras textuales (suelen ir entre comillas y empezar por mayúscula: Stevenson escribió: " Todos los hombres mueren jóvenes." Al aducir ejemplos: Son palabras de origen inglés: "fútbol", "filme"... Después del encabezamiento de cartas. El punto Señala una pausa mayor que la de otros signos de puntuación, si bien su duración puede variar según el sentido y la interpretación del lector. Se utiliza después de una oración, esto es, cierra la unidad del contenido. Se distinguen tres tipos de puntos: El punto y seguido , cuando el texto

La ortografía de la frase (I)

 Los signos de puntuación separan determinados elementos oracionales, indicando las relaciones existentes entre ellos y, por tanto, el orden e interdependencia de las ideas. A la vez, pueden manifestar ciertos propósitos expresivos de quién escribe y particularidades de su propio estilo. La normalización de los signos de puntuación aparece tardíamente en el castellano, como en muchas otras lenguas; su uso no se generaliza hasta el siglo XVI, con la extensión de la imprenta, aunque hay que esperar la llegada del siglo XIX para su total sistematización.  Los principales signos de puntuación son: La coma. El punto y coma. El punto. Los puntos suspensivos. Los signos de interrogación. Los signos de exclamación. El paréntesis. Las comillas. El guión. La raya. Los veremos en esta y en siguientes entradas. La coma La coma suele marcar el límite entre grupos fónicos; es por tanto, una pausa, aunque existen pausas que no se indican en la escritura ( un pariente lejano de su padre / los nombró h